sábado, 11 de febrero de 2012

Capítulo 20

Alba y yo nos levantamos las primeras. Alba que ibas sin tacones esquivaba con facilidad todos los colchones, pero yo no, así que en un intento de saltar el colchón de Álvaro, caí sobre él.

-Perdón, perdón, perdón, no quería despertarte, pero es que yo y los tacones…-Le dije mientras me incorporaba.

-Tranquila, no he podido tener mejor despertar.- Dijo sonriendo.- Pero la próxima vez que vayas a tirarte encima mío que sea cuando este despierto, ¿no?

-Imbécil.- Le dije dándole un golpe en el hombro.

Nos fuimos a una churrería que había cerca de casa de Monika y compramos unos cuantos para nosotras dos. Tuvimos nuestro momento de amigas mientras nos los tomábamos en un banco cercano.

-Te echo de menos, Itzi.

-¿Cómo? Pero si estamos juntas… ¿A que te refieres nena?

-A que ya no pasamos tanto tiempo como antes. Desde que vinimos a Madrid y…

-¿Y? ¿Qué pasa Alba? A mi puedes contármelo-Alba tomo aire y lo soltó.

-Javi te absorbe. Estas todo el día pegada a él, y siento como que soy el segundo plato.

-Alba, no. Tú siempre serás el ‘’primer plato’’. Eres mi mejor amiga y ningún chico puede sustituirte, y eso la sabes, pero debes entender que estoy enamorada. Y tú más que nadie lo debes entender que estás también así..

-Así, ¿Cómo?

-Enamorada, imbécil. Pero si quieres yo dejo a Javi, y tú a Salva y se los damos a Pau que los mira mucho.- Nos empezamos a reír.

-No, no. Yo a mi Salvi no lo cambio, lo siento Itzi.

Después de esa fantástica mañana con mi mejor amiga volvimos a casa de Monika.

Nada más entrar fuimos a la cocina y nos encontramos a Javi y a Salva con delantal. Nos empezamos a reír y se dieron la vuelta.

-¿De qué os reis vosotras dos?-Dijo Salva.

-¿Estáis cocinando para nosotras? Que monos.

-No, estamos cocinando para Carlos, que no sabe y quería darle una sorpresa a Nahia. ¡Pues claro tonta!

Habían puesto la mesa y todo. ¡Qué detallazo! La comida estaba riquísima. Nos habían preparado de primero una ensalada de pasta riquísima. De segundo un filete, que resulto ser algo resbaladizo por que cuando Javi fue a darle el primer mordisco se le escurrió y hizo que su camiseta blanca, se manchara.

-Eres peor que mi primo pequeño, Javier.- Le dije mientras limpiaba la camiseta con la servilleta.- Anda, ven al baño a que te limpie.

-Si si, a ‘que te limpie’.- Dijo Salva riéndose.

Le metí en el baño e hice que se quitase la camiseta para limpiarla en el lavabo. 

En mi intento de quitar la mancha de aquel filete me agarró por la cintura y empezó a besarme el cuello. Me giro con tan mala suerte que sin querer salpiqué agua sobre su pecho.

-¡Og! De esta no te libras señorita.- Metió las manos debajo del grifo y con todo el agua que tenía en las manos las lanzo sobre mi camiseta, también blanca.- Ups, ahora tendrás quitártela tu también.

-No, el agua se seca.

-¿Seguro?-Me cogió en brazos y me metió en la bañera y abrió la ducha.

-¡AAAAAH! ¡Que esta fría!-Le agarré de los brazos y le metí dentro. Acabos los dos empapados.