jueves, 17 de noviembre de 2011

Capítulo 11

La fiesta no había hecho más que empezar, y ya había algún que otro desfase. Yo aun no sabía nada de Alba, así que la llamé.

-Alba, ¿Dónde estáis?

-Estamos subiendo en el ascensor. ¿Qué tal con Javi?

-Bien. Muy bien. De maravilla vamos. Nos hemos besado tía.

-¿Cómooooooooooooo? ¿Y me lo he perdido?

-JÁ! Por cierto, Salva ha preguntado por ti.

- Por dios. Me encanta este niño ¿eh? – Alguien me toco la espalda y al girarme era ella.

-¿No habría sido mejor colgarme cuando estuvieses en la puerta?

-Ya, pero así mola más. ¿Te acuerdas de Carlos?

-Sí, claro. – Le di dos besos a Carlos, y un abrazo a Paula. Vi como los dos se alejaban y se sentaban en el sofá. Mi boca se abrió. ¿Se estaban besando? No podía ser.

- ¡Alba, Alba, Alba!- Le dije mientras le pegaba en el brazo

-Auuuuu, ¿Qué pasa?

-Carlos y Paula.

-Si hija, y ¿ahora te enteras?- Me preguntó. Seguidamente se empezó a poner roja como un tomate.

-Alba, ¿Qué te pasa?- No le dio tiempo a contestar cuando se acercó Salva y le plantó dos besos.

- Vale, ahora lo entiendo. Bueno tortolitos os dejo solos.

-Luego te cuento.- Me fui alejando pero sin dejar de mirarles. Hacían tan buena pareja.

Me serví una copa más. Era la tercera de la noche, y solo llevábamos una hora de fiesta. Poco para mí, la verdad.

Pusieron la primera canción lenta de la noche. Yo me senté, como de costumbre, en el sofá. Casi siempre que  iba a cualquier fiesta era la que estaba sola.

-Señorita, ¿me concede este baile?- Una mano se extendió delante de mí. Levanté la mirada. Era Javi. No pude evitar sonreír.

-Lo siento no bailo con chicos tan guapos.

-¿Te tengo que obligar? Venga, será nuestro momento película adolescente.- Dijo riéndose

-Bueno, vale. Pero solo por ser tú. ¿Eh?

Me levante. Coloqué mis manos por su nuca y él las suyas en mi cadera. No dejaba de mirarle a sus ojos.

-Que mal bailas. Me has pisado dos veces.

-¿Perdona?- Rápidamente quite mis manos de su cabeza.

-Por menudas cosas te enfadas.

-No me he enfadado. Pero no me digas que bailo mal porque sabes que no es verdad.

-Bueno tranquila. Yo hace un buen rato tendría que estar enfadado y estoy bailando contigo.

-¿Cómo? ¿Vuelves a ese tema? ¡Que ya te he dicho que no hay nada!

-Pues menos mal.- Me fui no quería seguir discutiendo con él.

No sabía dónde ir exactamente así que fui a su habitación y me tiré a la cama bocabajo y me puse a llorar. Había sido también culpa mía. Pero no me gustaba nada que sacase un tema que ya estaba resuelto. Yo le quería a él, no a Álvaro. Si no, estaría bailando con Álvaro.

-Lo siento mucho. Es que me fastidia tanto.

-¿El qué? ¿Qué tenga amigos a los que abrazar?

-No, solo que…

-¿QUÉ? ¿QUÉ?

-¡Que te quiero joder! ¡Que no quiero perderte! Ya te dejé marchar una vez, y no pienso dejar pasar a la mujer que más quiero. 

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